Has organizado una boda al aire libre, las predicciones decían que no iba a llover, pero pocos días antes de la boda te das cuenta que viene una borrasca maligna que se va a colocar justo sobre tu ciudad… ¿qué hacer en ese caso? Bueno, primero no desesperar, hay soluciones para todo, pero aquí van unos consejos para que, dado el caso, podáis reubicaros y seguir sin problemas, y que la lluvia, viento o mal tiempo en general sea solo una anécdota que contar a vuestros hijos.
No importa que celebres la boda en verano, invierno, un mal día, un chaparrón o un viento insufrible puede darse en cualquier estación, de manera inesperada, así que, aunque el enlace se celebre al aire libre, contad con un plan B, un lugar interior y cerrado, junto al sitio donde tengáis previsto el banquete, donde poder trasladarlo todo en caso de que fuera necesario.
Hay muchos sitios ofrecen esta alternativa de forma gratuita, así que pregúntale a los organizadores del evento para que te dejen bien claro qué pasaría en caso de mal tiempo. En caso de que el agua os sorprenda, tendrás una preocupación menos, pues tendrás claro que todo se desarrollará como tenías previsto.
Poned sombrillas, además de proteger del sol a tus invitados, en caso de que caigan unas gotas inesperadas, no habrá necesidad de cambiar la ubicación del evento, pero tampoco molestarán a tus amigos y familares.
Pase lo que pase, y como se suele decir, al mal tiempo, buena cara. Al final, se trata de eso, de ser felices el día de tu enlace, que el tiempo no te haga perder la sonrisa, porque al fin y al cabo, ahí tendrás a todos tus seres queridos de forma incondicional para apoyarte en todo momento.
«Rain kiss» by dominique bergeron
El vestido de la novia (con esto los trajes de los novios no pueden competir) es uno de los secretos mayor guardados de una boda. La novia, con su vestido, es el centro de todas las miradas. Es por ello que una vez finalizado el enlace, las chicas lo guardan como un gran tesoro. Además, quién sabe si en el futuro su hija o sobrina lo llevarán cuando les toque su turno de pasar por el altar.
Es por ello que guardar el vestido debe hacerse con cuidado y esmero y siguiendo unas sencillas pautas para que siempre esté impecable.
Fíjate antes de nada de que todos los bordados y complementos del vestido estén bien, que nada se ha aflojado ni soltado. En caso afirmativo, deja todos esos detalles rematados y cosidos si hiciera falta. Una vez que tengas esto controlado, llévalo a una tintorería especializada, junto a todos los complementos: velo, cancán, chaquetita, chal…
Si os vais inmediatamente de luna de miel, encárgale esa tarea a alguien de confianza para que la limpieza se realice lo antes posible y quede impecable, antes de que alguna posible mancha que pudiera tener el vestido complique esta tarea. Nunca intentes usar ningún tipo de producto o quitamanchas por tu cuenta, es más que posibles que lo dejes peor de cómo estaba. Deja esta tarea para profesionales del sector.
Lo siguiente que deberás hacer, una vez limpio, es almacenarlo. Hay tintorerías donde te lo devolverán perfectamente empaquetado, en tal caso no necesitarás hacer nada más, pero si este no es el caso, entonces te recomendamos guardarlo en una caja que sea igual de grande que el ancho del vestido. Ahí lo doblas con suavizar, sin hacer pliegues, y lo envuelves previamente en un papel de seda azul o negro (para evitar que amarillee con el paso de los años) o cualquier papel que absorba la humedad.
Por último, es importante que lo ventiles cada 6 meses aproximadamente, así evitarás que huela a humedad o se formen hongos. Puedes usar naftalina, pero cámbialo cada vez que lo ventiles.
Esperamos que os hayan sido útiles estos trucos, ¿quieres compartir alguno con nosotros?
«Folded wedding dress» by John’s Photography
My Wedding Diary 